Las Gigantes pagaron caro un mal primer tiempo y cayeron ante Colombia por 67-63. Ahora hay que buscar la épica. Hay vida.

(Fuente: CABB) 

El juego se abrió desprolijo por el nerviosismo, pero con Burani lastimando y generando desde dentro el equipo se mantuvo a tiro. Argentina, en su afán de presionar, se cargó rápido de faltas y le dio múltiples oportunidades a Colombia para sumar desde la línea. Esa presión tomó forma en la segunda parte del cuarto y Las Gigantes lo igualaron, pero un Sprint cafetero, sumado a una bomba lejana sobre la bocina, le dieron una ventaja justa a Colombia. En el segundo se profundizó el mal momento defensivo que había mostrado en los diez iniciales, con Colombia certera en las manos de Martínez y una Argentina con fallos inusuales, forzando en los ataques estacionados, errando canastas sencillas y llegando a caer por 18. Se recuperó y solo se fue 11 abajo al segundo tiempo.

El tercer cuarto fue sensacional. El equipo revivió después de la charla en el entretiempo, la defensa fue agobiante, Macarena Rosset lideró la presión y un excelente ingreso de Natacha Pérez provocó que se seque Martínez, la líder anotadora de las cafeteras. Además Burani se hizo dueña de la pintura, y de perderlo por doble dígito, Las Gigantes pasaron al frente por la mínima ingresados a los diez finales.

‌En la manga decisiva, emergió Ríos como figura en Colombia, cargando con las ofensivas de un equipo que fue perfectamente defendido en el segundo tiempo. Argentina frenó su ritmo anotador, pero Burani siguió haciendo daño y Paz (centro de Colombia) se fue por cinco foules, pero el equipo recayó en el nerviosismo del primer tiempo, perdió algunos balones en primera línea que costaron puntos y la historia se puso nuevamente de cara. Entradas al último minuto, Colombia pasó al frente con un golazo de Ríos y amplió gracias foul dudoso de Rosset. Argentina intentó con un triple de Burani pero no lo pudo igualar y terminó cayendo por 67-63.