Argentina trabajó duro para ganarle a Chile. Tuvo paciencia, disciplina y un muy buen segundo tiempo defensivo. Fjellerup cambió el partido.
(Fuente: CABB – cronista: Pablo Nurenberg; foto: FIBA – Macelo Endelli)
La Selección tuvo que domar a un bravo y disciplinado Chile. Le costó mucho, sufrió por largos momentos del partidos, pero tuvo la paciencia en el plan de juego y el temple para esperar su momento sin desesperar. Lo hizo en el segundo tiempo, a partir de la mitad del tercer cuarto, y así dio vuelta un partido chivo para ganar 67-61 y colocarse así en la cima del Grupo A de las eliminatorias para la Americup 2022, junto con Venezuela, ambos con marca de dos victorias y una derrota. La figura fue Máximo Fjellerup, quien anotó 14 puntos, bajó cinco rebotes y recuperó tres balones. El subcampeón mundial, oriundo de Tres Arroyos, fue clave por energía, capacidad atlética y experiencia. Este sábado, el combinado albiceleste se enfrentará a Colombia, desde las 22.10 con transmisión de TyC Sports y DirecTV.
El Alma, con un equipo muy joven (24 años de promedio) que tuvo cuatro debutantes entre los 12, conquistó un triunfo ante un rival mejorado, de cuidado, que está encontrando su identidad bajo el liderazgo de dos entrenadores argentinos, como Cristian Santander y Carlos Duró. Aún con ratos de poca efectividad y escaso volumen de juego, los dueños de casa se impusieron por intensidad y determinación en el cierre del partido. Para regalarle el triunfo a Gabriel Piccato, el entrenador debutante como head coach, y de alguna forma, a Diego Maradona, a quien homenajearon antes del juego.
Argentina tomó la iniciativa en el amanecer del encuentro, en base a su intensidad en defensa. Gracias a breves destellos de buen juego, con Leonel Schattmann como organizador, lograron despegarse por diez puntos en el cierre del primer episodio. Pese a que Chile consiguió disminuir la diferencia de cara al segundo cuarto, las cuatro recuperos de balón de la Argentina sobre su perímetro fueron lo más destacado del conjunto local.
Sin embargo, el control del juego cambió de manos en los segundos diez minutos. Los dirigidos por Cristian Santander, gemelo de nuestro asistente Silvio, comenzaron a cuidar del balón, bajaron el ritmo de juego y la efectividad de los argentinos mermó en consecuencia. De esta manera, los trasandinos se fueron al entretiempo al frente por 34-31. Era sorpresa en Obras, aunque no tanto por el desarrollo.
Al regreso de los vestuarios, Chile impuso su juego pausado y llegó a sacar 9 de diferencia. Tras casi cinco minutos sin anotar, un triple de Fede Aguerre destapó el aro local. A partir de allí, Argentina retomó la intensidad que demostró en los inicios del partido. Con Fjellerup como estandarte, defendiendo en primera línea, el Alma frenó el ataque rival y, al mismo tiempo, alimentó su ofensiva. De esta manera, los de Piccato produjeron un parcial de 16-7 para empatar el encuentro en 47 de cara a los diez minutos finales.
Aunque Argentina arrancó el último cuarto con la misma energía, la roja respondió con la fortaleza de sus perimetrales, para mantener el juego igualado hasta el final. Cuando restaban 22 segundos para concluir el partido, apareció el capitán, Schattmann, con un triple que le dio ventaja de cuatro a los suyos, y terminó siendo determinante para el triunfo del dueño de casa por 67-61. Un triunfo que alivia, ayuda y da confianza para lo que viene.