Deporte Argentino Plus dialogó en EXCLUSIVA con Pedro Cachín, finalista del ATP Challenger de Buenos Aires. En esta entrevista habla de lo que significa volver a su país, qué significa para él que en Córdoba, su provincia natal, se juegue un nuevo torneo ATP y hace una evaluación del año que transcurrió y la temporada que se avecina. El futuro del tenis argentino, está aquí.
Por Ezequiel P. Pernica (Agencia VEIEM 360) para Deporte Argentino Plus
Hace años, él y su familia tomaron la decisión de qué vivir en España era lo mejor para su carrera tenística. No vuelve con la frecuencia que él quisiera, por eso, cada vez que toca el suelo argento para disputar un torneo en su país natal es un momento único. Más aún si en este torneo logra acceder a la final.
Con un global de 6-3 y 7-6 (6), el pupilo de Alex Corretja venció al búlgaro Dimitar Kuzmanov en semifinal, logrando así su primera final en la categoría del año 2018. Su gran desempeño en el torneo comenzó al ganarles a los brasileños Thiago Monteiro (6-0 y 6-3) en primera fase y a Orlando Luz en octavos (6-2 y 6-1). Luego, venció en el duelo de cordobeses a su compatriota Facundo Arguello – brindando uno de los mejores partidos del certamen – en un partido a tres sets con un 6-1, 4-6 y 6-4 por los cuartos de final.
Con esos resultados logró acceder a su primera final en un año regular, luego de un 2017 dificultoso en donde buscaba recuperarse de una lesión en la espalda. Sin embargo, es de esas personas que tratan de sacarle todo el jugo posible a cada una de las experiencias. Cayó en la final ante el español Pablo Andújar por 6-3 y 6-1, en un partido mucho más parejo de lo que pareció en el marcador. De hecho, el conquense lo felicitó al final cuando tomó el micrófono y ratificó el parejo nivel que se había visto en el Court Central del Racket Club. Y no sólo eso, elogió la persona cálida y correcta que es.
Él puede ser un chico de 23 años, pero es un caballero dentro del circuito. Lo es con sus rivales, felicitando y alegrándose por la recuperación y regreso al circuito del reciente campeón del torneo. También lo demuestra en su manera de tratar a la gente que se acerca a saludarle y a la prensa. Con esa simpleza y serenidad que transmite cuando uno habla con él.
«Para mi es más especial que para los demás porque yo vuelvo muy pocas veces a Argentina, no solo a Buenos Aires. Jugar de este modo, y en este nivel, lo hace más especial. Me alegra mucho por mi familia, por la gente y por ustedes», expresa con humildad el afincado en Barcelona desde hace casi cinco años.
Esa madurez adquirida muy lejos de casa, no le quita la certeza de que todavía se siente ese pibe de Bell Ville. «Siempre que vuelvo acá vuelvo con mucha ilusión, me conmueve, me da vida. Estuve en febrero en Buenos Aires pero no pude ir a mi casa, pero estoy acá después de siete u ocho meses. Ahora si tengo la posibilidad de ir a mi casa y eso me pone alegre. Dentro de la cancha me hace disfrutarlo mucho más sobre todo porque este es el último torneo del año así que eso lo hace especial, jugué 30 o 31 semanas y estuve lejos de mi familia», aclara.
Volver a tu país después de mucho tiempo es bueno, y más si se saborea con la posibilidad de regresar a tu pueblo: «El volver acá es especial, más que para la mayoría porque yo no vivo acá. Aunque me siento muy argentino e intento hacerles tomar mate allá a toda la gente que está alrededor mío. Volver acá me hace sentir bien conmigo mismo, con mi gente y con mis amigos».
La tonada lo delata, aunque viva en la capital catalana, Cachín es alguien que no se olvida de dónde viene y cuánto le costó llegar a dónde hoy está. El año que viene, su provincia tendrá su propio torneo ATP.
– El año que viene habrá un ATP al que no podes faltar y es el de Córdoba…
– Cuando leí la noticia, no recuerdo en qué ciudad estaba, pero dije: «Qué bueno esto que están promoviendo con el tenis argentino». Tener dos ATP en un país muy pocos lo tienen, ya sea 250 o 500, es muy importante. Más aún para Argentina por cómo vivimos el deporte es muy bueno y promueve mucho al deporte, sobre todo con los niños que no conocen mucho este deporte, quieren aprenderlo y seguir jugando es muy especial. Para nosotros también lo es, que estamos en la lucha de entrar a las ‘qualys’. Ojalá que pueda jugar Córdoba o que tenga un Wild Card…
– Todos esperamos ese Wild Card, no solamente vos…
– (Risas) Bueno, eso no es decisión mía… si lo fuera no tendría ninguna duda pero ahora (Juan Ignacio) Londero o (Facundo) Arguello que son cordobeses también. Juan ha tenido un año espectacular y todos soñamos con eso, con que en un año nos llegue la posibilidad que tuvo de dar el gran salto y fue espectacular. La semana pasada tuve el gusto de ganarle y cuando terminé el partido lo único que le dije fue «deseo tener tu año», me llevo muy bien con él y me alegro mucho. Hace mucho que estamos en el circuito Challenger y ojalá tengamos la oportunidad de jugar el cuadro o la ‘qualy’ en Córdoba para que vean que tenemos mucho para dar.
– ¿Qué análisis podes hacer de tu año después de jugar tres torneos en la máxima categoría?
– Tuve un año bastante parejo comparado con el año pasado, al menos un pelín más consistente. Los años anteriores tenía una gran semana y muchas semanas malas, eso no alcanzaba para dar un pequeño salto y afirmarte en este circuito. En 2018 arranqué jugando en Sudamérica, recibí un WC para jugar aquí en Buenos Aires, estaba preparado pero no supe afrontarlo. De hecho, no jugué bien, jugué con un poco de tensión…
– Jugabas el sábado y supiste el viernes que recibías el WC…
– Exacto, yo tenía pensado jugar el sábado y Martín Jaite me tomó por sorpresa (risas)… eso me dio una emoción que no supe llevarla adelante.
– También jugaste en Madrid…
– Si, fue único. No recuerdo de qué torneo venía y mis entrenadores iban a estar allí. Alex (Corretja) iba a estar con una chica que acompañaban en el torneo. Entonces pensé que para estar en Barcelona entrenando solo, era mejor irme Madrid y entrenar con gente importante… y de paso ver, probar y firmar. Si se borra alguien y tengo la posibilidad de jugar, juego. Dicho y hecho, a las nueve de la noche entré al ‘draw’ y al otro día jugaba con Troicky. Lo disfruté a más no poder, perdí en el tercero 7-5 pero lo disfruté
– Pero de esas derrotas uno aprende mucho más…
– Claro, aprendo mucho más de las derrotas que de las victorias. La semana en si fue estupenda, jugué con Troicki y entrené con Nishikori además de con un montón de jugadores más. Gente con quien no había entrenado nunca. En ese momento te hace sentir que tan lejos no estas. Te da la oportunidad de ver que podes aprender de ellos y hay miles de detalles que hay que retocar pero eso te hace sentir bien y sentir cerca…
– Una premisa ‘bielsista’, se aprende más de las derrotas que de las victorias…
– En las victorias también se aprende si te fijas en qué errores cometiste, obviamente, pero no te duele, no es tan profunda la enseñanza que te deja. La victoria tapa un poco los errores que cometiste, la derrota los deja al descubierto. Cuando viene tu entrenador y te corrige, te obliga a mejorar. Yo siempre digo que la derrota y la charla post partido, la sensación de sentirse un poco culpable es fea pero uno no quiere volver a sentirse así. Entonces, si vos no querés volver a sentirte así, hacé algo. Yo hago ese tipo de análisis, porque no quiero volver a sentirte así.
– Hablaste de que estuviste en Madrid con mucha gente, imagino que habrás aprovechado para estar con tu antiguo compañero de departamento…
– (Risas) Si, estuve con Pablo (Carreño Busta) y Roberto (Carballés). Me llevo súper bien con ellos… Pablo pasó a estar en otro nivel y por eso no comparto tanto con él hoy en día pero si me lo cruzo por la calle vamos a tomar algo. Eso me dio el tenis, amistades de todo el mundo, gente muy buena. Lógicamente, el irte lejos también te quita pero a la vez también te da.
– ¿Qué extrañas de Argentina y de España cuando estás lejos?
– De Argentina a la familia, los amigos, los asados y las juntadas. Acá nos juntamos a tomar algo, son más improvisadas, allá es un poco más diferente porque es algo más planeado. Por eso me hace mucha ilusión volver a Bell Ville, sentir la tranquilidad de que en algún momento aparecerá algún mensaje con motivo de alguna juntada. Y de España se extrañan las playas, las comidas que son espectaculares, sobre todo la paella marinera con arroz negro. Son culturas muy similares, somos en parte de allá… no somos muy distintos, como ves, mi tonada no cambió (risas).
– ¿Cuáles son tus planes para el circuito en 2019?
– Como hay muchos cambios el año que viene, intentaré seguir en este circuito. La consistencia en el Challenger Tour me dará la consistencia para aspirar a jugar algún torneo ATP.