(Producción y estadísticas «Deporte Argentino Plus» ; @deporteargplus ; comentario: Diario Popular; fotos: Diario El País)
El equipo de Martino se impuso ante la Roja con un grito de Angelito con asistencia de Ever, y otro del mediocampista central tras un pase del zurdo. Sobre la hora, Chile descontó pero la victoria nunca corrió peligro en el estreno en la Copa América Centenario.
No estuvo Messi, pero la Selección Argentina no se quedó en el lamento, porque mostró autoridad para insistir con su stilo ambicioso y además, recogió los frutos de una sociedad que lució a todas luces, entre Angel Di María y Ever Banega, los goleadores en el debut exitoso del elenco de Martino en la Copa América. Sobre la hora, descontó Fuenzalida. 
De entrada, el foco de la Selección Argentina apuntó a los movimientos para intentar disimular la ausencia de Messi, y frente a ese escenario, Nicolás Gaitán exhibió su entusiasmo para arrancar sobre la derecha, pero sor prendido con una diagonal hacia la posición de atacante central, cara vez que Higuaín le hacía el hueco.
Por eso, en los primeros minutos, Argentina se puso el traje de protagonista del juego, por su actitud para buscar el mano a mano por los costados. Ya a los dos minutos, Di María ganó la cuerda por la izquierda y metió el centro, para que Gaitán resolviera con un cabezazo que sacudió el travesaño.
Y un ratito después, se invirtieron los roles, Gaitán fue el que condujo y Di María probó con untiro cruzado, que se fue afuera. Entre claros y oscuros, y ciertos altibajos que resultaron insoslayable, de a poco se perdió la intensidad del ataque del elenco de Martino, al tiempo que Chile empezó a golpear a la puerta de Chiquito Romero.
El conjunto albiceleste avisó con un cabezazo de Rojo, desviado, y una contra que involucró a Di María, Banega y la llegada a tiempo de Jara, para cubrir el tiro del Pipita.
Pero Chile tuvo lo suyo en ese primer capítulo, c
on una mala salida de Funes Mori, para un pase rápido de Vidal y un remate bajo de Alexis Sánchez, que obligó a una gran estirada de Romero, mientras que más tarde hubo un desborde Beausejour por izquierda y un cierre salvador de Marcos Rojo.
En el complemento, la Selección tuvo la contundencia que le faltó en el capítulo inicial, y gracias a que especialmente, se aceitó la sociedad entre Di María y Banega; primero, condujo el del Valencia (que fue vendido al Inter de Italia) y el Fideo definió con un zurdazo al primer palo, y después, recuperó Mascherano, siguió en Di María y fue Banega el que penetró con confianza al área para poner el dos a cero, el descuento de Fuenzalida sirvió para decorar el resultado.
Síntesis
