(Por Hugo Tajes para Deporte Argentino Plus)
Quizás el Madrid de DiStéfano, casi seguro el Santos de Pelé. Cuando se menciona a los mejores equipos de la historia y a los que mejor jugaron, se remite en forma indefectible a estos equipos.
Cuando pasen los años, se pondrá en este pedestal al Barcelona de Messi. Con el correr de los años no será el Barsa de Guardiola, porque la sucesión de campeonatos a lo largo de nueve años ha tenido a Rijkaard, Guardiola, Vilanova y Luis Enrique. Hasta con Martino ganó una copa.
El hilo conductor de esa historia es la presencia del crack argentino. Este último torneo, la Copa Mundial de Clubes significó el campeonato número 26 para el número diez.
Ser contemporáneos de este equipo, quizás nos quite perspectiva, sólo el tiempo nos dará la real dimensión de presenciar un hecho histórico desde lo deportivo. Cuando pasen los años, los niños de hoy le contarán a sus nietos las hazañas de este equipo, como hoy cuentan los mayores respecto del Santos, por ejemplo.
Este último título pareció complicarse. En el principio la presión de River, cortando juego en el medio estableciendo allí el pressing y tomando a los posibles receptores, no daba demasiadas chances de gol al rival.
Barcelona comenzó moviendo la pelota como lo hace habitualmente y al llegar a los sectores medios le costaba encontrar los espacios.
Sin embargo, el hueco apareció. Barcelona no solo tiene juego colectivo, sino que tiene una constelación de estrellas capaces de manejar la pelota a un nivel técnico superlativo.
Así entre tantas camisetas millonarias, vino un arranque de Messi, un cambio de frente y el propio Messi que recibió el pase en el área y en el lugar en que nadie tiene espacio, pudo controlar y definir a un costado. Con el uno a cero se acabó el partido.
River debió salir, comenzó a presionar más cerca del área rival y entonces dejó espacios a su espalda que el equipo español supo aprovechar. En dos ocasiones Suárez, definió y llevó el marcador hasta el tres a cero definitivo.
Los millonarios buscaron el descuento, lo tuvo Martínez, pero lo impidió el poste izquierdo. Hubiera estado bien. Con el tres a uno, el resultado hubiera sido un poco más justo.
A pesar de lo bueno de River, la diferencia la marcó el Barcelona. Como lo hizo en estos nueve años ante los mejores equipos del planeta. Por más poderosos que sean el Barsa los minimiza.
Saludos pues al Barcelona de Messim «El equipo contemporáneo» que vivirá siempre en la historia.