JUGADORA ARGENTINA QUE JUEGA EN EL CLUB RAYO VALLECANO
(Fuente: sitio oficial AFA)
En el barrio Vicálvaro de Madrid, apenas pasadas las 7 de la mañana, Yael Oviedo comienza con su nueva rutina de entrenamiento, disfrutando de las posibilidades que ofrece la actual fase de la cuarentena en España. «Estuvimos más de 55 días sin poder salir más que al supermercado«, recapitula la jugadora del Rayo Vallecano, que comparte el aislamiento con su compatriota Ruth Bravo. «En la fase en la que estamos en Madrid se puede salir a correr con una persona. También abrieron peluquerías, librerías y otros comercios, siempre de cercanía. El resto de España está en una fase más avanzada y puede juntarse en pequeños grupos; acá todavía no«, amplía.
El aislamiento ha dejado su marca en la deportista, a pesar de haber continuado entrenando en su hogar: «Desde hace dos semanas podemos salir a correr, de 6 a 10 de la mañana o de 8 a 11 de la noche. El primer día planeamos tres bloques de trote de siete minutos cada uno. Pensamos que iba a ser fácil, después de todo estamos acostumbradas a correr más de 90 minutos. El bloque inicial fue algo terrible, se hizo eterno. Mirábamos el reloj y no avanzaba más. Terminamos la primera serie y nos dimos cuenta realmente cuánto nos había afectado el aislamiento. Fuimos aumentando la cantidad de minutos cada día y ya estamos haciendo pasadas de un kilómetro y bloques de intermitente. Realmente terminamos muy cansadas«.
Más allá de continuar entrenando a pesar de la cancelación de la liga española, la delantera se ha entretenido realizando entrevistas por medio de las redes sociales, aunque confiesa que no se imagina como periodista: «Nos dimos cuenta la cantidad de tiempo que lleva entrevistar a la gente. Hay que producir, buscar buenas preguntas para que el entrevistado dé respuestas largas. Veo que mucha gente se ha descubierto en pasatiempos para los que antes no tenía tiempo o simplemente no se animaba«.
La medallista panamericana es asidua participante de las reuniones virtuales que realiza el seleccionado. «Se extraña mucho estar con la Selección. En estos momentos ya teníamos otra dinámica, veníamos jugando fechas FIFA, compitiendo con otras selecciones y todo eso suma mucho. Además, acá en España no tienen nuestras mismas costumbres. Entonces, cuando voy a la Selección, se siente como volver a casa, por más que estemos en otro país. Desafortunadamente toda esta situación cambió los planes y cada día se extraña más la Celeste y Blanca«.
Cerca del aniversario del histórico Mundial de Francia, Yael Oviedo recuerda aquellos días previos al viaje: «Me acuerdo de los nervios antes de que saliera la lista. Estaba muy nerviosa. Cuando me confirmaron que iba a viajar, solamente pude pensar que todo lo que viniera de ahí en más iba a ser bueno y lo iba a disfrutar. Todo lo que vivimos antes de irnos, todo lo que generó ese Mundial fue una locura, un impacto para el país y para nosotras. Me quedo con el día previo al debut con Japón: cuando fuimos al Parque de los Príncipes me paré en la mitad de la cancha y pensé en todo lo que había pasado para llegar a ese momento. Siempre cuento que en Concordia jugaba descalza porque tenía un solo par de zapatillas. Unos días antes del Mundial me mandaron un montón de botines con mi nombre y solía pensar ‘¿En serio me está pasando esto?’. Hasta el día de hoy todo parece un sueño«.
Para finalizar, y mientras piensa en los duros días que pasarán hasta el regreso del fútbol, la ex jugadora de Boca asegura que el Mundial 2019 fue algo positivo para todo el fútbol femenino: «Sirvió para demostrar que se puede llegar. Obviamente hay mucho esfuerzo, mucho trabajo. Yo no veo a mi familia hace casi un año, me levanto antes de las 7 para entrenar, tuve que cambiar mi alimentación y muchos hábitos. He visto a muchas chicas quedarse en el camino y no me gustaría que les pase a nuestras juveniles, por eso cada vez que una se suma al grupo tratamos de inculcarles la constancia, el trabajo y una conducta adecuada. No sé cuál es el camino particular que tiene que tomar cada jugadora para cumplir su sueño, pero sí puedo decir que todo el sacrificio vale la pena«.