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Fútbol masculino: QATAR 2022 | ARGENTINA. ¿POR QUÉ NO SOÑAR?

La Selección Argentina se prepara para su estreno en el Mundial de Qatar 2022, en una edición inédita y en un país señalado por asuntos extradeportivos. Con la ausencia de Giovanni Lo Celso, que no entró en a lista por lesión, y Joaquín Correa y Nicolás González, que abandonaron la concentración mundialista por la misma razón, Argentina se presenta en suelo qatarí como campeón de América, 36 partidos invictos y tras haberse quitado la mochila de las finales perdidas.

Por Matías L. Sartori (Media Sport Press Agency) para DAP Deporte Argentino Plus | “¿Por qué no soñar?”, se asoma una tímida pregunta previamente pidiendo permiso con el simple gesto que supone levantar la mano. Posiblemente, la pregunta pueda elaborarla cualquier fans argentino de la era moderna.  Así ha evolucionado, en términos generales, las sensaciones de los hinchas argentinos para este Mundial de la FIFA. Y es que, tras años y años perdiendo finales, Lionel Scaloni construyó algo más que un equipo. La denominada Scaloneta es la ecuación de equipo que representa identidad en el juego, unión en el vestuario y que comulga con una hinchada, tan pasional como muchas veces exigente o exagerada.

Que Argentina no gana un Mundial desde hace 36 años, es verdad. Que la albiceleste venía de encarrilar 7 finales perdidas consecutivas, también. La Copa Rey Fahd -antigua Confederaciones- en 1995, la propia Confederaciones en 2005, las respectivas finales de Copa América en 2004, 2007, 2015 y 2016 y la recordada final del Mundial de Brasil en 2016, constituyeron una larga peregrinación que, quitando el paréntesis glorioso de la Copa América obtenida en 1991 y 1993, se podría prolongar a la final perdida en el Mundial de Italia 90.

Esta mala racha llevó a toda una nueva generación durante 30 años a soñar y decepcionarse de forma palpable. El sueño siempre es inconmensurable cuando la piel de tiñe de celeste y blanco. Y, por consiguiente, la frustración también. La gloria eterna o el fracaso absoluto. Así se mide el éxito o la decepción en Argentina.

Así de pesada era la mochila de esta selección. Un peso que llevó a cuestas más de tres décadas, como la propia cruz de Jesús, recibiendo insultos, gritos y la desaprobación de un pueblo cansado de fracasos.

Pero algo ocurrió después del Mundial de Rusia 2018. El ciclo Sampaoli puso fin a una etapa ensuciada por problemas internos, diferencias y una crisis en el vestuario que se despedía en octavos de final. Y como se dice, después de la tormenta llegó la calma. Y se produjo bajo el aura de un técnico joven, de la ‘casa’, conocedor de las divisiones inferiores de la AFA y con una forma de ser serena, cercana y con una única misión: la reconstrucción de un equipo.

Un cambio generacional y una reestructuración de la AFA en diferentes líneas, generó una atmósfera ideal para potenciar un ciclo que comenzaba con un meritorio tercer puesto en la Copa América 2019. No era un título, pero sí la asimilación de un grupo y un público que comenzaba a saborear los buenos resultados, sin pretender trofeos en cada torneo. Quizás para evitar una nueva frustración o, tal vez, para comenzar a valorar el esfuerzo del nuevo grupo.

En plena pandemia, se gestó la gran hazaña de la Copa América 2021, que inicialmente se iba a jugar en Argentina y que terminó celebrándose en Brasil. Allí, Argentina consiguió en el Maracaná el título continental ante los anfitriones. Un hecho importantísimo de cortó una perpetua racha negativa y permitió abrazarse nuevamente a la ilusión después de ganar una  Copa América que tanto se resistió y que llegó ante el rival carioca.

Las eliminatorias sudamericanas confirmaron ese gran presente, obteniendo la segunda posición de la clasificación y afrontando los últimos partidos con la tranquilidad que merece. Como si fuera poco, este año, Argentina se midió ante Italia ante la Finalissima obteniendo un nuevo título internacional, dejando muy buenas sensaciones y un resultado que certificaba su músculo goleador (3-0).

Con un Messi estelar, con un equipo afianzado, con un grupo entregado para la causa y una comunión entre selección-staff-hinchada, Argentina llega a Qatar sin esa pesada mochila que dejó atrás un ciclo negativo en cuanto a título, pero que dio paso a una etapa que se simplifica con alegrías. Con esa esencia, la Scaloneta obtuvo su propia licencia para soñar. Y yo me pregunto, ¿por qué no soñar?

Foto: AFA