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Columna: SANTIAGO LANGE, EL FIN DEL EXITISMO

(Por Hugo Tajes ; foto: EPA para BBC) _90813736_820aaa1b-9693-4aae-b114-74585c7e6e8e

Estos Juegos van dejando material para la reflexión.

Ver a un hombre de 55 años, deportista cabal, con un estado físico que le permite actuar junto a su pareja de yatching mucho más joven y lograr un oro olímpico, luego de superar un cáncer que lo dejó con un pulmón menos es de por sí gratificante.

Porque hubiera tenido el mismo valor si hubiera sido plata, bronce o simplemente el espíritu de competencia.

Es que estos Juegos nos dignificaron como público. El país que cuestionaba a su selección de fútbol tras llegar en las últimas competencias todas las veces a la final obteniendo tres medallas de plata consecutivas, es el que vibra con el handball, el hockey, el básquet, el voley, aún en la derrota.

Del Potro perdió con Murray. El básquet cayó ante España. Las Leonas salieron derrotadas ante Holanda. Perdieron los chicos y las chicas de handball. En todos los casos se retiraron de los estadios ovacionados.

Porque estos juegos han permitido como nunca el valorar el esfuerzo, la dedicación el intento.

Cuando antes «la cosa importante» era solo el oro, el título o el campeonato. Esta vez «la cosa importante» pasó a ser el cómo, el espíritu de alcanzar la gloria aún quedándose en el camino.

Es verdad que, en ocasiones, por la superficial rivalidad existente entre argentinos y brasileros, el campeonato pasó a ser «quién alentaba más», pero aunque fuera una consecuencia de eso el aliento hacia el perdedor, el eliminado o el que puso el esfuerzo marca un nuevo paradigama para la sociedad exitista que decía que el segundo era el primero de los perdedores.

Llevada esa idea a la excelencia, en el caso de Santiago Lange, el atleta de los 55 años «la cosa importante» es todo lo que rodeó a la obtención de la medalla más que la medalla en sí.

Por eso, como decíamos al principio, con estos nuevos parámetros que fue fijando el público en forma casi natural, lo del dúo conformado por Santiago Lange y Cecilia Carranza tiene un valor agregado.

Se destaca el esfuerzo, la vocación, el espíritu olímpico y se festeja como resultado de ello el oro obtenido.