La ceremonia de apertura de los XI Juegos Suramericanos Cochabamba 2018 fue una fiesta de luces, color y ritmos típicos de la cultura boliviana.
(Prensa COA)
El estadio “Félix Capriles”, remodelado totalmente para los actos de inauguración y clausura de los Juegos, fue el escenario propicio para la fiesta de apertura en la que 8.000 personas formaron parte del espectáculo que tuvo una duración de dos horas y en el que salieron a escena una decena de escenografías sobre la rica identidad de la nación andino amazónica.
La banda militar de la guardia presidencial, los Colorados de Bolivia, entonó el himno del país anfitrión mientras eran izadas las banderas de la Organización Deportiva Suramericana (ODESUR) y de Bolivia.
Germán Chiaraviglio, al frente de la delegación argentina, abrió el tradicional desfile de las 14 delegaciones que participan de la undécima edición de los Juegos Suramericanos.
Tras la delegación albiceleste entraron los representativos de Aruba, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Panamá, Paraguay, Surinan, Uruguay, Venezuela y cerró el dueño de casa.
El gobernador de Cochabamba, Iván Canelas, y Camilo Pérez, presidente de la Organización Deportiva Suramericana (ODESUR), brindaron las palabras de bienvenida y buenos augurios para los atletas.
El gobernador de Cochabamba, Iván Canelas, expresó: “Hermanos gracias por venir a Cochabamba, a esta tierra bendita. Los recibimos con los brazos abiertos, les deseamos una linda estadía y el mejor de los éxitos. Que estos décimos primeros Juegos sean los mejores; que aquí logren sus sueños de alcanzar nuevos records y medallas de oro”.
Por su parte, el presidente de la Organización Deportiva Suramericana (ODESUR), Camilo Pérez López Moreira, señaló “Hoy podemos estar orgullosos, porque ese momento llegó. Llegaron los juegos a Cochabamba y felicitaciones a todos ustedes por todo el esfuerzo que hicieron para llegar”.
El ministro de deportes de Bolivia, Roberto “Tito” Montaño fue el encargado de declarar oficialmente inaugurados los XI Juegos Suramericanos Cochabamba 2018.
En la pista atlética del estadio Félix Capriles se fueron ubicando los atletas más emblemáticos de Bolivia para trasladar la antorcha: Oscar Carmona, Ana María Gandarillas, Jaime Yapur, trio de Oro del volibol boliviano; Edgar Cueto, ciclista que batió un récord mundial en Moscú; Jaime Doria Medina, figura de la selección de voleibol de los I Juegos Suramericanos de 1978 y la volibolista Martha Gandarillas, medalla de oro en los Juegos Cruz del Sur. Mientras que, el llamado deportista del siglo, Jhonny Pérez, encendió el pebetero cuyo fuego se mantendrá vivo durante los 14 días que dura la cita suramericana.
Cochabamba 2018 cuenta con un récord en participación con un total de 4.031 atletas de 14 países en 35 deportes y la clasificación en 16 disciplinas a la justa panamericana Lima 2019. Los países que participan son Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Panamá, Perú, Uruguay, Aruba, Brasil, Colombia, Guyana, Paraguay, Surinam y Venezuela.
Los Juegos Suramericanos se celebran en Bolivia por segunda vez, ya que en 1978 se llevó a cabo en La Paz la primera edición, conocida entonces como Juegos Cruz del Sur. De los 35 deportes en disputa, 16 son clasificatorios a los XVIII Juegos Panamericanos de Lima 2019.
En la Ceremonia Inaugural de los XI Juegos Suramericanos Cochabamba 2018, Germán Chiaraviglio fue el abanderado de la delegación argentina, compuesta por 535 atletas.
“Una alegría enorme poder ser el abanderado de la delegación argentina. Fue un orgullo enorme entrar al Estadio con la bandera, lleno de por cierto, con una apertura multitudinaria y feliz de estar acompañando a mis compañeros llevando la bandera”, expresó Chiaraviglio luego de desfilar por el Estadio Félix Capriles.
Los espectadores le regalaron una gran ovación a la misión argentina durante su recorrido alrededor de la pista. “Fue muy llamativa la reacción de la gente, nos saludaron mucho, nos aplaudieron y la verdad es que se sintió muy lindo el recibimiento de la gente local”, manifesto el atleta de 31 años.
“Antes de entrar estaba un poco nervioso. Después me fui soltando porque el ambiente era muy ameno y la gente nos dio una linda bienvenida”, reconoció el santafesino al finalizar el recorrido con la insignia nacional.
