El cielo celeste se fundió con los colores de la bandera argentina y el calor de la llama Olímpica de la juventud. En una imagen inolvidable para el recorrido del Tour de la Antorcha de Buenos Aires 2018, la antorcha se paseó por un lugar simbólico y lleno de historia.
(Prensa BA2018)
La llama visitó el Monumento Histórico Nacional a la Bandera en Rosario, el lugar donde el general Manuel Belgrano, prócer argentino, izó la bandera argentina por primera vez.
Fueron nueve los atletas que participaron de la recorrida en la ciudad donde nació Luciana Aymar, la mejor jugadora de hockey sobre césped de todos los tiempos y embajadora de Buenos Aires 2018. Entre ellos estuvieron Federico Grabich, campeón panamericano de natación y dos veces Olímpico en Londres 2012 y Rio 2016; Nicolás Córdoba, gimnasta Olímpico; las hermanas Etel y Sofía Sánchez, representantes Olímpicas en el nado sincronizado; Joana Palacios, atleta que participó de la prueba de levantamiento de pesas en los últimos Juegos Olímpicos y Juan Pablo Estellés, rugbier que fue parte del equipo masculino de rugby sevens que ganó un diploma Olímpico en Rio 2016.
También fueron parte de la recorrida tres deportistas paralímpicos: Yanina Martínez, campeona paralímpica en Rio 2016 en la prueba de 100 metros categoría T36; y los nadadores Fernando Carlomagno y Anabel Moro, ambos con participación en Juegos Paralímpicos.
El relevo simbólico comenzó frente al monumento de la mano de los tres deportistas paralímpicos. Fue Yani Martínez la encargada de pasarle la antorcha a Estellés, a los pies del Monumento Histórico Nacional a la Bandera. Ya en las escalinatas, quien tomó la posta fue Palacios, que luego les entregó la llama Olímpica a las hermanas Sánchez.
“Para mí es un orgullo haber llevado la antorcha. También lo es que me hayan elegido para representar a la ciudad de Rosario. Llevar el fuego Olímpico de la mano con mi hermana Sofía fue especial”, dijo Etel, una de mellizas del nado sincronizado argentino.
El próximo en sumarse al relevo fue Nicolás Córdoba, que se acercó a Fede Grabich, el último relevista. Juntos, frente a las llamas de la urna cineraria al Soldado Desconocido -espacio dedicado para honrar a los soldados que murieron en tiempo de guerra sin haber podido ser identificados- completaron el recorrido simbólico con la llama Olímpica de la juventud de Buenos Aires 2018.
«Esta llama representa los primeros Juegos Olímpicos en nuestro país. Es histórico», dijo Federico Grabich.
“Me emocioné mucho con lo que acaba de suceder. Poder ser parte de este relevo simbólico fue increíble”, comentó Córdoba, el gimnasta argentino que compitió en los últimos Juegos Olímpicos.
Antes de la despedida, el propio Grabich, Córdoba y Etel Sánchez se subieron al mirador que tiene el monumento -ubicado a unos 70 metros de altura- para iluminar a toda Rosario con una llama monumental.