Una final anticipada. Así afrontaba Argentina su segundo partido en la Copa del Mundo de Rusia. Después del empate en su estreno ante Islandia, el equipo de Sampaoli se desplazaba al Nizhny Novgorod Stadium con el objetivo -o la obligación- de vencer a Croacia, líder en solitario el Grupo D después de superar a Nigeria.
Por Matías L. Sartori (Agencia VEIEM 360) para Deporte Argentino Plus
Los días previos sirvieron para descomprimir el estado de ánimo de un equipo que continúa buscando su juego y un esquema que permita abastecer a un Leo Messi con hambre de gol después del penal errado.
Los aires de Bronnisty refrescaron las ideas de Sampaoli que diseñó un tridente defensivo poblando el medio de la cancha con una línea de cuatro. Con el 3-4-3 saltaba al faraónico estadio de la localidad de Nizhny en un dibujo táctico inédito con Caballero, Tagliafico, Otamendi, Mercado, Enzo Pérez, Mascherano, Salvio, Acuña, Meza, Messi y Agüero.
Los minutos iniciales parecía presagiar una batalla directa por el control del centro de la cancha. Modric, Brozovic y Rakitic conformaron un triángulo central que por momentos generaba espacios. El talón de Aquiles de Argentina volvió a ser las bandas. Ambos carriles fueron testigos de las cabalgadas de Perisic y Rebic que sembraron el miedo en el área albiceleste. Caballero volvió a salvar el arco, como ante Islandia, despejando un remate cruzado. Casi sin reacción, la defensa argentina padeció otro susto
La respuesta se hizo esperar 10 minutos pero finalmente llegó. Tagliafico recibió un buen pase de Salvio, gracias a un rápido desborde, que la defensa croata despejó con algo de fortuna. Messi hacía su aparición con un intento de remate que no llegó por poco tras un pase largo.
Sin embargo, llegaría la jugada más clara de Argentina. Enzo Pérez recibía una pelota delante del arco pero su remate se marchaba al lateral de la red. Luego Mandzukic perdonó el primero con un cabezazo que increíblemente se marchó afuera.
Segunda parte de pesadilla
Después del entretiempo Croacia continuaría luchando por el control del juego. Fue Willy Caballero, en un grosero error al intentar picar la pelota por encima de Rebic, quien ocasionó el inicio de la avalancha. El jugador croata desplumó de un bombazo las esperanzas albiceleste aprovechando el fallo del arquero del City para clavar una volea que penetró las redes argentinas.
Ssmpaoli intentaba mover el tablero con piezas nuevas: Higuaín, Pavón y Dybala. Pero el experimento, como la mayoría de las combinaciones explosivas, consumó la catástrofe. Modric con un enganche y un disparo magnífico superó a Caballero que apenas pudo tocarla para poner el 2-0. Éxtasis croata y frustración argentina.
La tragedia iba a cobrar más fuerza. La desesperación del combinado nacional trajo el desorden y, con éste, la debacle. Error defensivo, espacios abiertos, tiki taka de Croacia y el tercer gol, obra de Rakitic. Fin del recital. Fin de la tortura.
Argentina llora. Croacia ríe. Las tradicionales dos caras de la moneda contrastaban la alfombra verde del estadio de Nizhny. El equipo de Sampaoli, sin ideas y sin rumbo, en su segundo partido ya coquetea con la eliminación en primera ronda. Los fantasmas de Corea-Japón, el peso de las finales perdidas, la ‘Messidepencia’ o la carencia de esencia futbolística invitan a Argentina a marcharse de Rusia. Nigeria e Islandia definirán su destino. Aunque su sentencia está firmada.