Argentina venció a México por 2 a 0 en un partido de infarto que tuvo que sufrir y apelar a la mística mundialista para sumar sus primeros tres puntos y dedicarle la victoria a Diego Maradona, un día después del 2º aniversario de su fallecimiento. Lionel Messi y Enzo Fernández marcaron los goles.
Por Matías L. Sartori | Media Sport Press Agency para «Deporte Argentino Plus»; fotos: AFA; datos: Agencia Telam
QATAR, Doha.- Argentina y México se enfrentaban en un estadio Lusail repleto. Tras confirmarse la victoria de Polonia ante Arabia (2-0), el equipo de Scaloni afrontaba el segundo partido de su grupo con la obligación de ganar.
En el comienzo del partido, la Albiceleste buscó apoderarse del dominio de la pelota ante la pasividad de una selección mexicana que esperaba agazapada su momento para mostrar sus cartas. Con una línea de 5 en el medio de campo, Gerardo Martino lograría que la mayoría de recuperaciones en el círculo central cayeran en los pies de sus jugadores que, poco a poco, comenzarían a desquiciar a su rival.
La primera oportunidad de peligro sería de México con un tiro libre que se paseó por el área criolla y no pudo conectar con ningún jugador. Cuando se cumplía el cuarto de hora, el conjunto centroamericano comenzó a presumir de un bloque defensivo ordenado y una segunda línea que comenzaba a tejer una especie de telaraña táctica, obra de la pizarra de Martino.
México dispuso de otro tiro libre directo, la oportunidad más clara del partido, que Emiliano Martínez detuvo con solvencia cuando la pelota parecía tener destino de gol. Argentina respondió con una tímida jugada por la banda derecha que terminó con un centro perdido de Montiel, que se marchó por la línea de fondo.
Acto seguido, Marcos Acuña trazó un desborde que finalizó con un centro que cabeceó Messi sin efectividad. El equipo de Scaloni parecía recuperar, muy poco a poco, la confianza con triangulaciones en la mitad de la cancha que para desactivar el plan de presión y contragolpe de su rival. Un cabezazo de Lautaro Martínez, que se fue por encima del travesaño, fue la metáfora de una Argentina sin ideas, nerviosa y más preocupada por perder la pelota que por proponer su juego. El primer tiempo finalizaría con el empate sin goles después de otro tiro libre mexicano, un disparo lejano de Vega y un córner que Argentina no aprovechó.
En el complemento, México retrocedió unos metros en la cancha entregando la posesión a un rival que pasó de la desesperación a la perseverancia en un abrir y cerrar de ojos. Un hecho que volvió a reactivar la parcela ofensiva. Argentina supo digerir la presión y comenzó a expresar el fútbol que atesora sus jugadores con diferentes jugadas asociativas que comenzaron a poner en aprietos a una defensa mexicana que resistió todo lo que pudo. Una gran jugada de Di María se transformó en un centro que rebotó en varios defensores hasta que lograron despejarla. Messi, con un tiro libre, parecía presagiar sus intenciones con una pelota que se fue muy cerca de los tres palos de Ochoa. Scaloni movería la primera pieza en el tablero con Enzo Fernández en reemplazo de Guido Rodríguez. Un cambio que sería determinante. México, escondido en su campo, apostó por el contragolpe logrando un tiro libre venenoso que se iría por el lateral. Julián Álvarez y Nahuel Molina entraron por Lautaro Martínez y Gonzalo Montiel para oxigenar al equipo.
Así, como recompensa a la paciencia, llegaría el gol tan esperado para Argentina, obra de un disparo ajustado de Lionel Messi que desató la euforia de todo el Lusail. (Min 64).
Con el 1-0, y el desahogo de la presión, Argentina cambió radicalmente su imagen proponiendo juego, seguridad en el pase y velocidad. Sin renunciar a lo único que, hasta entonces, proponía: esfuerzo, voluntad e intensidad.
Messi puso a prueba a Ochoa en dos ocasiones consecutivas como resumen de la nueva realidad del partido. México aguantaba y Argentina buscaba insaciablemente el segundo gol.
Un córner para el equipo azteca parecía darle esperanzas a una selección mexicana que en cualquier intento de ataque se convertido en una oportunidad de riesgo. Un riesgo que, sin más opciones, tuvieron que correr. Y así se materializaría el segundo gol albiceñeste con un córner que recibió Enzo Fernández para penetrar en el área y enviar la pelota al ángulo. 2-0 y la fiesta argentina continuaba con una sensación de euforia, alegría, desahogo.
Por saber sufrir. Por su historia en la Copa del Mundo. Por su mística mundialista. Por sus dos estrellas. Por Diego. Un triunfo con el corazón y por amor propio a la bandera albiceleste para seguir soñando con octavos. Por el amor de D10S.
SÍNTESIS
ARGENTINA: Emiliano Martínez; Gonzalo Montiel, Nicolás Otamendi, Lisandro Martínez y Marcos Acuña; Rodrigo De Paul, Guido Rodríguez y Alexis Mac Allister; Lionel Messi, Lautaro Martínez y Ángel Di María. DT: Lionel Scaloni.
MÉXICO: Guillermo Ochoa; Kevin Álvarez, Néstor Araujo, César Montes, Héctor Moreno y Jesús Gallardo; Héctor Herrera, Andrés Guardado y Luis Chávez; Hirving Lozano y Alexis Vega. DT: Gerardo Martino.
GOLES
Segundo tiempo: 19′ Lionel Messi y 42′ Enzo Fernández .
Cambios en el primer tiempo: 41m. Erick Gutiérrez por Guardado (M). En el segundo tiempo: 12m. Enzo Fernández por Guido Rodríguez ; 17m. Julián Álvarez por Lautaro Martínez y Nahuel Molina por Montiel (A); 21m. Raúl Jiménez por Álvarez y Uriel Antuna por Vega (M); 24m. Exequiel Palacio por Mac Allister y Cristian Romero por Di María ; 27m. Roberto Alvarado por Lozano (M).
Árbitro: Daniele Orsato, asistido por sus compatriotas Ciro Carbone y Alessandro Giallatini; VAR: Massimiliano Irrati (Italia).
Estadio: Lusail, Asistencia: 88.966 espectadores.
Tarjetas: amarilla para Araujo, Gutiérrez, Herrera y Alvarado (M). Montiel (A)