(Producción «Deporte Argentino Plus»)
Julia Portantier, actualmente radicada en Rosario desde hace casi una década para estudiar Ingeniería, nació un 26 de enero en Miramar más de veinte años atrás y es una deportista especializada en Kitesurf, actividad que comenzó a practicar en el 2012.
Habló con «Deporte Argentino Plus» acerca de su actividad, sus gustos, su pasión.
PASIÓN POR EL KITESURF
“Creo que, como le pasa a la mayoría, observar a esos locos en el medio del mar con una vela los días de viento, se ve pintoresco, se ve lindo, y ahí empezó la curiosidad. Primero era inaccesible porque parecía difícil, caro y que llevaba tiempo. Me puse como objetivo hacerlo y empecé a encontrar los modos, por ahí fue más fácil para empezar en Miramar porque no había tantas otras cosas. En Rosario conocí al dueño de la escuela de Kite, tomé el curso, aprendí a navegar y así se fue dando de una forma natural. Fui aprendiendo y cada vez me gustaba más y me compré el equipo para seguir navegando, y cuando terminé fui a Miramar a practicar aunque con muchas imperfecciones en ese momento”.
“El Kitesurf es como una mezcla de Surf y Wakeboard, pero en vez de tirarte de una lancha, te tiras al viento. Es difícil de explicar. Es parecido al Windsurf también. Es una tabla con una vela pero mucho más grande, mucho más engorroso y mucho más restringido para las personas, es una mochila y una tabla”.
PRÁCTICA, DEDICACIÓN Y TRABAJO MUSCULAR
“Entreno bastante en lo personal, hago mucho entrenamiento de funcional, eso me sirve para las horas que estoy en el agua porque es un ejercicio en el que estás todo el tiempo como haciendo una sentadilla, y tira bastante los lumbares, estás trabajando muchos músculos al mismo tiempo. Si no se tiene una base muscular en cada sesión que uno se mete al agua, solo aguantaría media hora y luego de navegar podría tener muchos dolores. Siempre se tiene que trabajar lo principal, que aquí es el trabajo de lumbares, abdominales, cintura y piernas, brazos no tanto porque sólo le das la dirección, no necesitás hacer fuerza pura”.
“Para entrenar dependemos del viento y eso lo hace bastante complicado. Si pudiera lo practicaría todo el día pero como en Rosario no hay tanto viento ni tan seguido, cada día que hay viento trato de ir al rio y navegar. En la época donde hay mejor viento, tal vez, tres veces por semana”.
“Muchas veces me preguntar si elijo el río o el mar. Es diferente. Cuando el mar está tranquilo me encanta, da más posibilidades de saltar con las olas, de usarlas para navegar, es muy divertido. Pero hay días en los que el mar está totalmente endemoniado y me quedo mirando y preguntándome si me animo. Cuando hay mucho viento, el mar está muy bravo y pega fuerte”.
“En el tema muscular una de las cosas que más siento cuando estoy navegando es la zona lumbar. No lo puedo relajar mientras navego y siempre llega un momento en el que me empieza a doler. Busco estirarlo un poco más después de cada sesión de Kitesurf y también comencé a trabajarlo de una forma más intensiva en el gimnasio, para tener más fuerza y que no me duela”.
INFANCIA Y DEPORTES
“Fui muy Inquieta de chiquita. Yo soy la tercera hija, mis padres querían buscar al varoncito pero luego no buscaron a otro porque ya no podían conmigo y la atención que demandaba jajaja. Vivía trepada a los árboles. De muy chiquita me retaban y me escapaba por el techo de mi casa”.
“Mucho me gustaban los deportes . Mi mamá siempre nos dejaba en la playa, como hicimos natación de chicas, cerca de casa, se quedaba tranquila porque nadábamos bien”.
“Hice aeróbica, baile aunque no me gustaba mucho ja, hice hockey sobre patines que me encantaba, voley, hockey sobre césped. Cuando era chiquita hacia muchos deportes en equipo. Como dije antes, siempre practiqué natación, también ciclismo mucho tiempo. Cuando crecí empecé a correr”.
ATLETISMO Y LA EXPERIENCIA DE MONTAÑA
“Correr con algunos grupos de Running era muy lindo, nos motivábamos entre todos, nos empezamos a anotar en competencias de 5, 10, 15 km y cuando nos dimos cuenta del presupuesto que se nos iba, empezamos a anotarnos en carreras largas. Empecé a correr 21 km y de a poco se fue perdiendo la emoción, la motivación y comencé con 42 (la primera vez que corrí 42 km, en el kilómetro 35 empecé a llorar porque pensé que no iba a llegar, y llegué llorando). Terminé de correr y la sensación era como esas alegrías que son difíciles de vivir en la vida, y decía: “lo logré yo, lo hice yo sola”.
«La primera carrera la sufrí muchísimo, tenía 23 años, no tenía experiencia, corría rápido, estaba ansiosa, nerviosa”.
“Luego surgió correr 10km de montaña y fuimos con un grupo de amigas, son carreras más rurales. La carrera fue bastante dura, un clima horrible, mucha lluvia, granizo, viento. En esa clase de carreras sentís la necesidad de frenarte cinco minutos y mirar en donde estás, mirar lo que estás haciendo. Yo admiraba a la gente que hacía eso y hoy soy una de esas personas”.
“Una cosa que tienen en común la actividad de montaña y el Kitesurf es estar siempre al extremo. Cuando arranqué a correr no quise correr lenta, siempre busqué más, esa cosa de dejarlo todo, hacer las cosas con mucha garra. Este deporte (Kitesurf) no lo podés hacer como uno más, hay muchas cosas que no gustan, el frio, el viento, me vivo resfriando. Muchas veces voy en el auto y me pregunto qué estoy haciendo y me nace una sonrisa impagable, una felicidad total. Es un deporte que no lo podes hacer si no lo amas, demanda mucho sacrificio, da mucho a cambio, mucha felicidad. Una de las cosas es que realmente, estando sola en el agua, siento que estoy conectada, tranquila, para lo que sea en ese momento como: reflexionar, paz, divertirme, cantar. Es un instante que es completamente mío, nada más. Mis problemas quedan en la arena y mientras estoy en el agua soy solamente yo. Un momento de paz, de adrenalina, en el que querés pegar un salto, la sensación de estar volando”.
PREGUNTAS Y SENTIMIENTO POR EL DEPORTE
“Algunas veces me surge preguntarme qué me enorgullece. Y me respondo que todas las cosas que hago, desde el deporte hasta la carrera, yo las veía como un sueño. Al comienzo a muchos veía como ídolos inalcanzables pero me fui acercando y dándome cuenta que todo lo puede alcanzar y tener. Con el deporte me pasa eso. Yo veía a un maratonista y preguntaba ¿cómo podía soportar eso?, ¿cómo alguien puede estar casi 4 horas corriendo? Son cosas que veía, pensaba y me preguntaba ¿qué hace esa gente? y luego me encontré dentro de esa gente. Me siento orgullosa de estar del lado de las personas que antes veía y admiraba. Eso me enorgullece se mí”.
“El deporte es mi estilo de vida. Me gusta mucho, me encanta, es lo que me hace sentir viva, me hace sentir que vale la pena todo. Vivo para eso. Si tendría que dejar todo por lo que sea, cambiar de profesión, cambiar cualquier trabajo, un montón de cosas, hasta de deporte, lo haría, pero no dejaría de hacerlo”.