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Boxeo femenino: HISTÓRICA VICTORIA DE BRENDA CARABAJAL EN ATLANTIC CITY

La victoria de la Pumita Brenda Carabajal el último sábado en Atlantic City, por primera vez en la historia del boxeo femenino argentino en tierras yanquis, se potenció porque fue en una velada histórica, encabezada por otras dos mujeres. ¿Alcanza para pretender igualarlo o compararlo con el boxeo masculino?

(Fuente: Diario Popular) 

La Era de la Mujer llegó hace rato, y se afianza día tras día, aunque con ella viene el peligro de los desatinos y prepotencias típicas de los cambios de paradigmas que se repitieron a través de los siglos.

En el boxeo hay conquistas interesantes, como la del sábado pasado, cuando la jujeña Brenda Karen “La Pumita” Carabajal logró el título mundial interino pluma de la FIB que se hallaba vacante, al vencer por puntos en forma unánime y amplia –salvo en las escuetas tarjetas de los jueces- a la invicta rusa Elena Gradinar, 2ª y 1ª del ránking respectivamente, dado que la campeona mundial regular –la yanqui Jennifer Han- está en receso por maternidad.

Lo destacado de este acontecimiento es que fue el primero en la historia logrado por una boxeadora argentina en la Meca del boxeo, Estados Unidos, ya que sucedió en el Boardwalk Hall de Atlantic City.

En cuanto a victorias ecuménicas en el exterior, sólo Alejandra “La Locomotora” Oliveras lo había hecho, pero en México -ante Jackie Nava-, mientras que otros triunfos fuera del país fueron retenciones de títulos –Ana Esteche y Débora Dionicius-, o sin coronas en juego –Daniela “Bonita” Bermúdez-, o conquistas entre argentinas –Pantera Farías contra la propia Oliveras-.

Curiosamente, como un capricho del destino, en el rincón de la Pumita, oficiando de asistentes, estaban la Tigresa Acuña y su marido, Ramón Chaparro, quienes además de ser sus DT’s, son sus mánagers.

Mas el contexto también tuvo que ver con lo femenino, porque la pelea de fondo fue entre mujeres, algo inusual en el país del Norte.

En lo que se llamó “la pelea del siglo” femenina, la local Claressa Shields unificó la corona mediano de los 4 organismos (AMB, CMB y FIB, que eran de ella, con la de la OMB de su rival) al vencer por puntos en fallo unánime a la kazaja Christina Hammer.

Vaya uno a saber qué motivó esa apuesta, máxime que para eso hubo que hacer ciertos rompecabezas, como pasar al ucraniano Vasiliy Lomachenko –una de las estrellas boxísticas de la actualidad, que GKO 4- para el día anterior (viernes), y postergar otras presentaciones.

Aún así el boxeo femenino deja que desear en cuanto a nivel y seriedad, sobre todo, por falta de espectacularidad, salvo excepciones.

No obstante aparecen los “más papistas que el Papa”, los revanchistas, los hipócritas y demagogos, que no conformes con la paridad exigen privilegios, sacralizan y demonizan por cuestiones de género que no son, y piden excentricidades inadmisibles, reclamando cosas que nada tienen que ver con machismos ni feminismos.

Las bolsas son una de ellas. “Las mujeres tienen que ganar como los hombres, porque entrenan igual que los hombres”, argumentan algunas.

La pregunta es, ¿como qué hombre? ¿Como Mayweather, como Canelo Álvarez, como Golovkin, o como Agustín Gauto?

No hay un hombre que gane igual a otro en boxeo, porque cada cual pacta su bolsa, y ésta es según el producido, las necesidades, el contexto, o los rivales de turno.

Sería bueno saber cuánto midió el rating de Shields-Hammer, pero sin ir más lejos, el Boardwalk Hall, que es un estadio con capacidad para 19.000 personas, estaba habilitado a la mitad, cubierto por cortinados, y así y todo, no estaba lleno. ¿Cómo se hace para pagarle a Shields lo mismo que a Mayweather o Canelo?