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Eventos: «EL TECLADO DE DIOS», LA MÚSICA DE «MATI TECLAS» SE INSTALA EN EL MUNDIAL DE QATAR

Desde el complejo de Barwa, donde se alojan miles de argentinos, Mati Teclas brinda cada noche un concierto para todos los hinchas del Mundial de Qatar 2022 que disfrutan de la música que nace de su teclado. Fanático de Maradona y de Messi, descubrimos la otra cara del teclista. Su historia de vida, su relación con la Selección Argentina, el furor de la hinchada por su música y otras cosas, en esta entrevista.

Por Matías Sartori | Media Sport Press Agency para «Deporte Argentino Plus»

BARWA, Doha-. Sonriente. Así nos recibe en el departamento de Barwa, Matías Cesanelli, de 35 años, o más conocido popularmente como ‘Mati Teclas’. Aunque no estaba previsto ningún concierto para el mediodía previo al Argentina-Polonia, unos compañeros periodistas, con micrófono y cámara en mano, sorprendieron al teclista hincha de Chicago con una nota en directo que dio paso a un improvisado recital que se extendió varias horas. Así es él. Siempre dispuesto para todos. Y, prueba de ello, es su predisposición a la hora de tocar para la gente. Desde que llegó a Qatar, contra todo pronóstico, Mati saca su teclado a la calle -y la tabla de planchar del departamento que usa de soporte- para cantarle a la gente. Podríamos decir que su talento nace de sus dedos, pero no. Toca con el corazón. De hecho, él mismo confiesa que no estudió música y aprendió de oído. Como esos jugadores que se crían en el potrero y se empapan de una esencia ajena a toda escuela, estudio o formación. Un autodidacta de la música.

Se saca fotos con la gente, dedica canciones a hinchas no solamente argentinos, sino sudamericanos, europeos o árabes. Con una sonrisa y con el respeto y tacto preciso cuando se juntan hinchas eufóricos dedicando canciones a rivales, Mati Teclas no necesita director de orquesta. Porque, al igual que en su vida, en su profesión también es su propio mánager. El propio arquitecto de su vida. El propio constructor de sus sueños.

Gambetea la fama y se desmarca de considerarse popular o famoso. Guarda el teclado, su mejor aliado, en la pieza junto a la tabla de planchar y se dispone a responder las preguntas para Deporte Argentino Plus. Unas preguntas que responde con el alma. Porque detrás de la alegría y felicidad que emana en cada nota, se esconde un pibe de barrio con una historia de vida. Un ejemplo de superación. Desde el monoblock Q6 de Barwa se sienta en su cama al tiempo que le damos al REC.

¿Sos consciente de todo lo que estás generando en la gente?

No, la verdad que no caigo. No caigo en todo esto que se generó en este barrio, con esta gente tan linda que me demuestra su cariño cada día.

¿Cómo comenzó este fenómeno musical que ya es una tradición en Barwa?

Yo siempre digo que es una obra de Dios porque se dio todo así. Yo no iba a venir al Mundial y ahora estamos acá, casualmente en una planta baja y con una tabla de planchar que uso de soporte para el teclado. Lo traje porque la música es mi trabajo y vinimos a ver qué se podía hacer acá. Me traje el teclado, un parlante y nada más. Y justo se dio que estamos en una planta baja y una tabla de planchar de uso común en el mismo piso.

¿Cómo comenzó el primer concierto con la gente? ¿Estaba ya organizado o fue improvisado?

Si te soy sincero, una noche estábamos tocando acá adentro, abrimos la ventana y empezó a entrar gente a la habitación. Entonces sacamos todo afuera, y llegaron más personas. Primero 50, después 100 y hubo días donde había más de 200.  A partir de ese día, estoy tocando todas las noches. Es algo increíble. Estoy feliz.

¿Viniste a Qatar con esta idea o trajiste el teclado para ensayar y tocar de vez en cuando?

Si te soy sinceramente honesto, por unos temas personales no iba a venir. Gracias a mis amigos, que me ayudaron muchísimo estoy acá. No vino con expectativas porque la realidad es que no estaba bien. Pero hoy, después de todo esto que estoy viviendo, me siento feliz. Me pude encontrar con ese pibe que tenía todos estos sueños y quería hacer disfrutar a la gente. Yo no apunto a la fama y esas cosas. Amo lo que hago y ustedes se habrán dado cuenta en alguna de estas noches. Son muchas horas tocando y ver a la gente que te pide temas, baila, canta y te dice gracias, es una bendición.

Hay muchos argentinos que viven en Argentina o en otros países y que se unen gracias al fútbol y a tu música…

Tal cual, además es música a la carta. Me piden un tema y lo toco. Me encanta ver a la gente disfrutar y cantar los temas. Yo agarro el teclado y toco lo que quiere la gente oír. Lo que quieren, lo hacemos. No hay nada armado, ni un repertorio. Lo que quiera la gente lo tocamos.

Sos un pibe de barrio, un músico que huye de la fama o una especia de músico del pueblo, ¿cómo te definirías?

Así es, soy un pibe de un barrio humilde, vengo de una familia normal. No tengo representante ni nada…

Esto que estás viviendo es la recompensa de muchos años de ensayos y de remarla, ¿no?

Son muchos años tocando, aunque debo reconocer que nunca estudié música. Siempre toqué todo de oído. Siempre me gustó regalarle esto a la gente y generar esa energía en la gente que es lo que me mueve a hacer todo esto.

¿Cuál es el estilo musical que más tocás?

La verdad es que escucho mucha música y me gusta de todo un poco. Escucho de todo, pero es verdad que la cumbia es lo que más me gusta.

Hace unos días vimos una foto tuya con Messi en la concentración de Argentina, ¿cómo es la relación con la selección?

La verdad es que hay muy buena onda con los pibes. Tengo muy buena amistad con Exequiel (Palacios) y con ‘Thiaguito’ (Almada). También con Enzo Fernández. A todos los conozco, pero no quiero vender humo diciendo que soy amigos de todos. El otro día estaba sentado en la concentración y decía para adentro ‘mirá dónde estás’ o ‘¿qué hago acá?’. Es increíble todo lo que está pasando. Con Claudio Tapia también tengo la mejor onda. Se portó 10 puntos conmigo. Sinceramente, no caigo. Todo esto es demasiado para mí.

¿Cómo o cuándo comienza este fenómeno llamado ‘Mati Teclas’?

Desde que sacamos el teclado se creó un punto de encuentro para mucha gente. Además, un punto de encuentro súper sano. Incluso cuando se juntan personas de diferentes países y a veces cantan cosas contra otras selecciones, he sabido mediarlos porque no me gusta que la gente bardee. Intento que todo sea armonía. Hay mucha gente de México, Ecuador o Uruguay que también me pide tema e intento darle una alegría a toda la gente, no solamente a los argentinos. Los que más me sorprenden son las personas como los de Túnez que son muy agradecidos. Yo no hablo una palabra en inglés y con ellos conectamos con la música y se quedan bailando toda la noche.

¿Cómo comienza la aventura de Qatar?

Mi amigo Jorgito, que tiene una marca de ropa (Fuerte_almedio), y me dice que me hizo una campera. Yo venía muy mal y con muchos problemas personales.  Y me tiró la idea y en principio no iba a venir. Ve había bajado del viaje. Además, no sé ni sacar un pasaje. Él y su mujer me ayudó un montón. Se armó en dos o tres meses el viaje.

Sé que tenés una historia de vida detrás, con tu familia y otros temas, pero ahora que estás volviendo a sonreír, ¿qué le dirías a ese Mati que no estaba pasando por su mejor momento después de todo lo que te está pasando ahora?

A ese Mati le diría que, si viene una tormenta o la estás pasando mal, que pida ayuda. Hay que seguir porque toda tormenta pasa. Ahora lo estoy comprobando después de haber pasado un momento muy complicado. Muy jodido. Yo perdí a mi hermano y eso me marcó mucho. Y me afectó un montón. Son cosas que te cuestan en el día a día. Esto que hago es un trabajo que hago con el alma, que amo y que me llena. Y por eso uno tiene que estar bien y ser feliz, aunque sea durante los 40 minutos que dura el show. Y, aunque uno no esté bien, el teclado me lleva a eso. Esto lo hablo con mi psicóloga que me ayuda mucho y me dice que intente que ese Matías que es feliz tocando sea constante. El teclado me transforma a lugares mágicos. Mi vida se la debo a esas cinco octavas que me hacen recorrer y disfrutar todo lo que estoy viviendo.

Desde la tristeza personal has generado alegría a mucha gente durante estos días, ¿a que se debe ese cambio que lograste? ¿a qué se debe ese ‘click’ que te indica que con dos acordes haces feliz a la gente?

No lo sé, hermano. Pero te juro que toco un acorde en el teclado y me transformo. Como los superhéroes que, de repente, está todo mal y aparecen. El teclado es mi capa de superhéroe. A mí me hace bien la música. Me hace bien ver a la gente disfrutar de mi música. Me llena de energía. Vos lo viste en vivo. Yo le digo a la gente que vaya para adelante, que no se encierre. Y que si está mal, que pida ayuda porque la soledad es fea, loco. Hay que seguir. Siempre.

La historia de Matías Cesanelli, ese ser que habita dentro del traje de superhéroe. Aquel que usa el teclado como capa. A veces, la diferencia para encontrar la armonía de la vida está en subir o bajar una escala. En una nota mayor o en una bemol. En cambiar de acorde. Más grave o más aguda, Mati dio con la nota de su felicidad. Esa que la gente le regala y que la familia, desde su barrio y desde alguna nube, le indica que va por el camino correcto.