El fútbol femenino a nivel Selección está en proceso de cambio. Atrás quedó una etapa en la que se obtuvieron medallas doradas importantes, como en los ODESUR, pero también en la que hubo golpes que ayudaron a crecer.

Este 2015 presenta, para las Selecciones juveniles, un flamante cuerpo técnico, otras ideas, proyectos, objetivos y, también, nuevas líderes. Buscando escribir un próspero futuro, Eduardo Sánchez, director técnico de los Selectivos Sub 20 y 17, tomó a cinco de sus dirigidas para que sean las referentes del plantel.

Aldana Cometti, Cecilia López, Luana Muñoz, Micaela Cabrera y Juana Bilos fueron los nombres que resaltaron debido a su experiencia con la redonda. Sudamericanos con la Mayor y Juveniles, Mundiales y títulos son algunas de las historias que cada una de ellas guardan en sus mochilas. Y, por su experiencia hoy son la palabra autorizada de las Selecciones Sub 20 y 17.

Ya pasaron cinco meses de aquel día en el que 32 caritas asombradas se presentaban en el Predio Julio Grondona y los cambios son notorios, así lo cuenta Aldana Cometti siendo quien toma la posta a la hora de hablar: “Se ve un gran crecimiento del grupo, estamos mejorando día a día. El técnico propone trabajos para que seamos más competitivas y nos convirtamos en una Selección que dé para hablar en los próximos Sudamericanos”. Y es Juana Bilos quien agrega: “Es buenísima la relación entre todas, la verdad es que nos llevamos muy bien. Evolucionamos personal y grupalmente en muchos aspectos”.

Aunque el papel que les tocó dentro del grupo no es fácil, no le temen a ese lugar. “Ser referente genera bastante presión, más para mí que suelo ser la que siempre está haciendo bromas y ahora tuve que calmarme un poco. Pero me puse al equipo y a las chicas al hombro”, cuenta Cecilia. Por su parte, Aldana dice: “Es un orgullo ser una de las referentes. Lo tomamos con responsabilidad porque sabemos que las chicas se fijan en nosotras. Tratamos de hablar con ellas y transmitirles las experiencias que tuvimos en las diferentes competencias y con distintas cuerpos técnicos”.  

Si bien cada una tiene sus sensaciones, todas concuerdan en lo que les dejó haberse mezclado con la Selección Mayor. Ya sea en simples prácticas, viajes al predio o torneos, esos momentos les brindaron grandes enseñanzas. Así lo explican: “Con ellas se aprende a ser más responsable, más profesional. Te cambia la cabeza con los objetivos que uno tiene en mente. Bajás unos cambios, no dejás de ser vos, pero cambiás. Se aprende, también, a que no podés dejar pasar estas oportunidades y que todo te sirve de experiencia. Te enseñan a convivir en grupo, a saber cómo hablarle a tus compañeras y a ser un bien para el equipo”.

Charlando, quizá de los próximos trabajos semanales, estas cinco compañeras se alejan camino al vestuario, donde las espera un grupo lleno de nuevos sueños y esperanzas.