(Fuente: Super Deportivo Radio de San Guillermo FM 93.3 ; publicado por Voley Plus)
Julio Velasco, el actual conductor del seleccionado argentino de vóley, se prendió en una charla llena de conceptos en Super Deportivo Radio. El técnico de voleibol que se convirtió en leyenda; liderazgo, disciplina, convivencia, formación habla de los lideres, define que es el talento, habla del crecimiento y de los problemas de nuestro vóley. ´Yo quiero ser una ayuda para el vóley argentino y no que el vóley lo tenga que hacer porque estoy yo´, contó. Además, aventuró cual sería su día mas feliz como entrenador.
¿Le dio tranquilidad, en su proyecto, el triunfo ante Brasil?
-Si, sobre todo porque esas victorias ayudan a la moral, a que el equipo crea en el trabajo, también para que estemos motivados y que tengamos confianza que nuestros objetivos sean posibles. También tenemos que tomarlo en su justa medida, porque a veces, ganamos un partido y creemos que estamos en el nivel de Brasil,debemos tener en claro, que todavía no estamos en el nivel de ellos. Fue un triunfo importante para seguir creciendo.
¿Cómo lo trata Argentina? ¿Fue de valiente regresar?
-Es un placer estar en Argentina. Después de estar tantos años afuera y a pesar que yo venía todos los años de vacaciones, pero venir a trabajar y a brindarle al vóley argentino mucho de lo que aprendí afuera para mí es un placer. No puedo hablar de una decisión de valentía, eso es otra cosa, porque entonces que hacemos con la gente que hace cosas arriesgadas por sus trabajos y en situaciones peligrosas. Yo vivo en un privilegio absoluto, porque entrenó a la Selección de mi país, vino cerca del CENARD, voy caminando a entrenar y no tengo los inconvenientes del común de la gente, de una gran Ciudad como es Buenos Aires, ni siquiera tengo coche porque hago todo caminando.
¿Con qué Argentina se encontró social y deportivamente?
-A Argentina yo venía todos los años, antes de regresar a dirigir. Nunca perdí el contacto con el país. Creo que a nivel deportivo el gran cambio ha sido la creación del ENARD. Fue una institución que es clave para todo el deporte argentino, inclusive para el vóley Argentino. Además me encontré con una Federación organizada que obtuvo buenos resultados en sus divisiones inferiores. Siempre fue un vóley de un gran desarrollo en todo el país. El cambio que veo, desde que me fui de Argentina hace 34 años y ahora que me toca volver, es que me encuentro con un gran desarrollo del vóley del interior. Cuando yo estaba había algunas expresiones: La Plata, Buenos Aires, San Juan y Santa Fe, pero ahora hay un gran desarrollo con una gran cantidad de jugadores del interior.
¿Con qué problemas se encontró?
-El problema sigue siendo el tema de la infraestructura, es un tema que subsiste, pero el CENARD mejoró, a diferencia de años anteriores. Todavía hay mucho por hacer. Cuando uno dice que quiere estar a la altura de los mejores del Mundo, una cosa es decirlo y otra hacerlo. Cuando uno dice que quiere estar a la altura de los mejores del mundo tiene que comparar todo con los mejores del mundo. Siempre entender ser un país rico, pero a nivel organizativo tener un estándar parecido de esos países.
¿Cuál es el desafío del vóley Argentino?
– El desafío del vóley argentino es seguir creciendo en las dos ramas. En el Masculino tenemos dos grandes expresiones: La Liga Nacional y la Selección Argentina, pero el desafío es hacerlo crecer en todo el país. No hay que olvidarse de los pequeños clubes, porque ahí está la base. La Liga no se va a desarrollar solo porque se consigan los sponsors o porque tengan apoyo de la Provincias. El voley masculino va seguir creciendo en la medida que haya mucha gente que juegue el voley y que después quiera ver el partido por la Televisión. Lo mismo ocurre con la Selección Nacional que tiene como objetivo ayudar a este proceso de crecimiento. La Selección es un instrumento de la Federación para que el vóley crezca en todo el país. El otro aspecto es el vóley femenino que tiene mucha difusión, tiene muchas chicas jugando, pero que a nivel calidad estamos debajo del vóley masculino en todas su categorías. El gran desafío de la Federación es llevar al vóley femenino a la calidad del masculino. El vóley como otros deportes menores, tienen que ganar espacios en los niveles económicos, en el mundo deportivo y periodístico y eso se va lograr con la masificación de la disciplina.
¿Su presencia en el vóley obliga a la federación a ir por más?
-Lo que espero y quiero es que yo pueda ser una ayuda para apostar a este crecimiento del vóley Nacional. Yo vine a Argentina para esto, por sobre todas las cosas. Yo quiero ser una ayuda para el vóley y no que el vóley lo tenga que hacer porque estoy yo. Tenemos que a apuntar sobre la calidad, que es realmente un problema en nuestro país. En Argentina tenemos gran capacidad de adaptación y mucha capacidad de trabajo, pero a veces la calidad la dejamos en segundo plano. A veces nos tenemos que arreglar con lo que hay y eso justamente nos impide ver la necesidad de la calidad. Es decir que las cosas se hagan bien, así de simple. Que el que escriba, escriba bien, que el que hable lo haga bien, que los gimnasios se hagan bien y así todo. No vamos a ser un país de lujo en los próximos años, pero si debemos hacer un esfuerzo por la calidad de las cosas.
¿Cuándo está en Argentina que extraña de Europa y cuando está en Europa que extraña de Argentina?
-El tema que Italia y Argentina son países similares. No es que me voy a otro mundo. Para mí son países similares. Cuando estoy en Italia extraño mucho las sobremesas, las charlas de café, que son nuestras y que en Italia no existen o se ven poco. Es verdad también que uno trabaja más sin charlas de café y sin sobremesas. Hoy las tecnologías han hecho que los sentimientos de nostalgia sean menores.
La gente lo halaga mucho. Muchos dicen que es el mejor entrenador del mundo ¿Cómo se lleva en Argentina con tantos elogios?
– Siempre digo que no hay que creérsela mucho. Creo que en nuestra sociedad hay un mecanismo de exageración. Me gustan los halagos y hacen que mi ego este satisfecho. Vivimos en una sociedad, donde el éxito parece ser la única cosa importante. Lo que trato es mantener las cosas en su medida. Creo que fui una persona que hizo cosas buenas en su trabajo, como hay muchas personas que lo hacen. Siempre digo que la diferencia mía con un carpintero es que el carpintero que hace las cosas bien no sale en el Diario y yo sí. La cuestión es hacer las cosas de la mejor manera posible. Después si lo que uno hace tiene trascendencia y repercusión popular, está bien, pero no quiere decir que sea más importante de lo que haga otra persona.
¿Cómo percibe que lo ven sus jugadores?
-Nose muy bien, porque no puedo preguntarles jaja. Nosotros los entrenadores no hacemos nada que no sea hacer que ellos hagan. Nuestro rol es: enseñar, convencer, motivar para que ellos hagan. Yo no quiero jugadores obedientes, yo quiero jugadores que participen, que sepan porque hacen las cosas, que conozcan y no que digan tenemos un entrenador que sabe entonces hacemos lo que él dice. Eso no funciona. Nuestro rol es formar jugadores autónomos, jugadores que sepan resolver problemas y no es la magia que yo los ponga en la cancha y listo. Volviendo a como me ven los jugadores, hay una diferencia muy grande edad con ellos que provoca una distancia que trato que esa distancia no se haga tan grande. Seguramente me ven como una persona con experiencia de vida.
¿El deporte argentino tiene líderes?
– Yo creo que nuestro deportes tiene líderes. De igual manera, creo que Argentina no necesita tantos líderes, sino necesitamos más métodos, sistemas e instituciones. Nosotros dependemos demasiado del individuo. Por ejemplo, a una familia se le rompe un caño y tiene que encontrar a un plomero que se lo arregle y se pasa de decir que uno es un fenómeno y el otro es un desastre. No es que existe un método de trabajo entre los plomeros que hace que cualquiera me lo arregla igual y bien. Acá es o un fenómeno o un desastre. Lo que quiero decir es que la gente en sus trabajos deben tener un método de trabajo que haga que los que no son unos fenómenos sean buenos lo mismo. Tenemos que lograr que exista un sistema de organización, porque si todo depende de los individuos estamos complicados. En mi caso, por ser entrenador de la Selección no puedo darme el lujo de vertir opiniones personales utilizando mi función como entrenador de la Selección Nacional, porque creo que las instituciones siempre están por encima de los individuos. Por eso, creo que si en nuestro país se respetarán y desarrollarán las instituciones el país estaría mejor.
¿Tuvo el día más feliz como entrenador?
-Tuve varios días felices como entrenador. No sé si lograré tener con argentina el día más feliz, yo espero que sea así. Lograr el Panamericano fue un día muy feliz. Si lograría un éxito con el seleccionado argentino podría convertirse en el día más feliz de mi carrera como entrenador. Es un éxito ver a nuestra Selección crecer y que se coloque entre los 8 mejores del Mundo, pero está claro que un éxito para que se transforme en el día más feliz de mi carrera tendría que ser una medalla en una olimpiada o en Mundial, cosa que es un logro difícil, porque hay un grupo de 8 0 9 equipos muy parejos, pero tampoco es imposible. Tenemos un limitante con la altura: no somos un equipo alto y tampoco lo vamos a ser. El equipo olímpico de básquet, que logró el oro y un bronce, tampoco era un equipo alto, pero demostró que tenía un gran grupo trabajo y con un sistema de juego lo pudo lograr. En fin, nosotros no tenemos que hacer promesas o agrandarnos, porque el límite en Argentina es que apenas damos unos progresos ya nos creemos que nos hicimos más grande de lo que hicimos. Hay que tener un equilibrio entre confianza y humildad. Tener confianza, pero no agrandarnos y la humildad que nos permita crear en el objetivo.
¿Qué es lo más importante que incide en un deportista?¿El talento o el sacrificio?
-Es un equilibrio de ambas cosas. Lo que pasa que hay que definir que es el talento. Yo agarre a los jugadores más talentosos del equipo y les pregunte ¿Qué es para ustedes el talento? Y todos me dijeron lo mismo: aquellos a la que las cosas le vienen fácil. Entonces yo les hice otra pregunta ¿Maradona jugaba en la 1era de Boca, Barcelona, Napoli de igual manera que en Villa Fiorito o aprendió en esos equipos? Maradona cuando era pibe no pasaba mucho la pelota, entonces le volví a preguntar a mis jugadores ¿Cuándo goles hizo Maradona como el de Inglaterra? Y todos pensaban, porque todos son futboleros como yo. Yo les dije, pueden pensar mucho, porque fue el único gol que hizo así. Maradona no probaba todos los días hacer ese gol. El talento en definitiva, es aquello que viene fácil, pero mientras tanto el jugador no pierde su capacidad de aprendizaje. Por eso hay muchos chicos que tienen una parte del talento y las cosas le vienen fáciles, y después no llegan. Los padres y su entorno se preguntan ¿Cómo no llegó? Es simple, porque no aprendió. Porque se quedó con lo que le venía fácil y lo que no le venía fácil no lo aprendió y no entendió que también era importante. Por eso el talento es el caso que hace las dos cosas.
¿Desde qué edad se le puede exigir resultados a un deportista?
-Exigirle resultados no le hace bien ni siquiera a los profesionales. La obligación de ganar es la carga más pesada que puede tener un equipo. Después hay cosas que son inevitables. Cuando jugas en Boca o en River, no vas a ver qué pasa. Todo el mundo le va a pedir que gane. Hay que entender que esa exigencia es una carga enorme para los jugadores. El tema es que no hay juego que no se piense en el resultado. Es aburridísimo. Todos los juegos se juegan para ganar. No hay que cometer el error de repetir y decir que todos los chicos que hacen deportes lo hacen para llegar a la Selección o ser profesionales. El deporte es para que lo haga la mayor cantidad de chicos y si hay muchos, después será más fácil que surjan esos que después nos traerán las medallas.
¿Si tendría toda la plata a disposición que haría con el vóley? ¿Qué cambiaría?
-En los deportes no solamente necesitas plata. En el deporte necesitas capacidad organizativa. En primer lugar se necesitan buenos maestros. Lo digo así, porque es más importante el maestro que el entrenador, principalmente en los chicos. Que enseñen el deporte. Segundo, se necesita reclutar chicos para el deporte. Hay que buscarlos y no esperar que vengan. Buscarlos entre las clases humildes y entre las clases altas. Tercero necesitamos infraestructura y no necesariamente la plata para hacerlo, sino la mentalidad para cuidarla. En Argentina se hacen muchas cosas, pero también se rompen muchas cosas. Entonces se hacen cosas y nunca alcanza porque las cosas no duran porque la gente no cuida lo que tenemos. No se cuidan desde aquel que maneja un gimnasio al jugador que tira el papel en el vestuario. Todo se hace difícil, porque no se cuida. Hay que desarrollar una cultura de cuidar.
¿Usted se siente más entrenador o maestro?
-Yo hoy me siento entrenador, porque es lo que soy y hago. Yo quería ser profesor, después comencé a entrenar por cosas de la vida. Mi vocación inicial era ser profesor, lo llevó muy adentro, pero me siento mas entrenador.