DEPORTISTA DE PENTATLÓN MODERNO
(Por Hugo Tajes para «Deporte Argentino Plus»)
La chica está allí sola, en medio del ir y venir de los corredores de pista. En un espacio del Parque Chacabuco. Hace botar una pelotita de tenis cientos de veces, absorta al ir y venir de los atletas que la circundan en el piso de tartán. Sigue su rutina con la pelotita simulando cientos de estocadas.
Pamela Zapata es una atleta de elite. Con palmarés de Oro y Plata en Pentatlón. El pentatlón moderno reemplazó al de los juegos olímpicos de la antigüedad. En la vieja Grecia se disputaba una carrera de 160 metros, más salto, lucha, lanzamiento de disco y de jabalina. En la actualidad consta de carrera, natación, equitación, disparo con pistola y esgrima.
En ambos casos, se consideraban como las destrezas aptas para el combate y la milicia. En la Grecia antigua los pentatlonistas eran las figuras relevantes de los juegos. Por eso muchos de los pentatlonistas forman parte de las fuerzas armadas de sus países, y reciben su apoyo tal como sucedió con Pamela.
Luego de los Juegos Olímpicos de 2024, la equitación será reemplazada por carrera se obstáculos.
Pamela, la chica solitaria que hace rebotar la pelotita una y otra vez, es una de las principales representantes de la disciplina, aunque ahora compite solamente en esgrima, ella junto a sus tres hermanos, su cuñada y su padre forman una historia única en este deporte.
Todos ellos han competido con un impresionante recuento de medallas. Oro, plata y bronce se acumulan en sus vitrinas. Es un caso singular de familia dedicada y victoriosa en un deporte. Ella refiere que esa experiencia familiar hizo que el pentatlón la ayudara a educarse paras la vida.
Pamela vuelca su sapiencia en la educación, dirige actualmente la escuela deportiva de pentatlón en el Cenard. Allí cientos de chicos y chicas captados en todo el país tienen la posibilidad de desarrollarse comenzando desde los 8 años con carrera y natación. Varios de ellos ya han competido internacionalmente.
Más allá de los logros deportivos, la figura de la chica solitaria se agranda cuando cuenta que luego de años en Europa decidió volver al país, resignando dinero, para devolver lo que había cosechado y volcar su conocimiento y experiencia en favor de su patria.
La beca no es el motivo, la gloria personal tampoco, ella está al servicio de los chicos y chicas para ayudarlos a desarrollarse y (lo que menciona con énfasis), por amor al deporte, al país y sus ganas de ayudar al otro. Eso se ve reflejado en otra actitud destacable. Pamela tiene un emprendimiento comercial que le sirve para sustentar su actividad atlética y con el que ayuda a los demás atletas para que puedan tener un trabajo digno y dedicarse al deporte sin penurias económicas.
Este año Pamela Zapata compite en esgrima y está en carrera para clasificar a los Juegos Panamericanos. Sería la primera atleta argentina en la historia en hacerlo por dos disciplinas diferentes. En Grecia los Dioses del Olimpo, tan cercanos a los juegos, deben estar haciendo fuerza porque lo logre. Sin duda lo merece largamente, la chica solitaria también es la chica solidaria.